CANSADOS PERO APRENDIENDO
Hoy en día vivimos tiempos que van acelerados, donde todo cambia tan rápido que a veces cuesta parar y respirar. En esta entrada no quiero hablar solo de educación en cuanto a contenidos, sino de algo que, a pesar de parecer invisible está muy presente en nuestras vidas: el cansancio. Ese desgaste profundo que sentimos y que, sin darnos cuenta, también afecta a las organizaciones educativas y a quienes formamos parte de ellas. Ultimamente siento que vivimos al borde del colapso. Todo parece estar en crisis: el clima, la salud mental, las relaciones social... Es como si saltáramos de una urgencia a otra sin espacio para detenernos, como si estuviésemos atrapados en una especie de estado de alarma permanente. Y aunque nos hayamos acostumbrado a este ritmo, eso no significa que no nos esté pasando factura. Bauman lo llama "modernidad líquida", y cada vez siento más, que esa metáfora describe lo que vivimos. Todo se escapa: las relaciones, los proyectos, incluso nosotros mismos....